"Entretanto Juan Lorenzo andaba por los corrales, conversando con unos arrieros que lo conocían. Cacareaban las gallinas subiéndose a las ramas de un totumo; un arreo de burros se abrevaba plácidamente en torno al estanque; las mulas de Ramón Fuentes se refocilaban en el revolcadero; el acre olor del estiércol saturaba el aire; cortando malojo en los pesebres, unos arrieros cantaban un corrido aragüeño.
Tal espectáculo removía dentro del alma de Juan Lorenzo oscuras afinidades, burdos anhelos de sangre plebeya. Para expresarlos fue en busca de Efigenia y le dijo:
- Mamá. Cuando yo esté grande voy a ser arriero. ¿Sabes?
- Véalo, pues -dijo Ramón Fuentes- cómo desde chiquito tiene inclinación al trabajo. ¡Eso está bueno!
Contemplando la estrella de la tarde, Efigenia, la otra Efigenia, la que cantaba antes la Serenata de Schubert, le pidió a Dios que no se realizara el deseo del niño".
(Fragmento de "La rebelión". 1922. Rómulo Gallegos, )
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2 comentarios:
Vale, felicidá por este blog y por el otro (sobre todo el otro). Gracias por el comentario dejado allá en el mío. No lo expuse junto con los demás porque ni te imaginas cómo llueven ahí los misiles.
Salud pues.
jajaja no parece que fueras de los que les importan esos misiles! y que bueno que te gustó (sobre todo el otro). Esto es uno de los pocos puntos maravillosos a favor del desastre de la globalización, la democratización tecnológica para ciertos espacios alternativos. Rebuscando por internet, podemos encontrar ciertas realidades que no abundan en otros medios.
Este "par" es nuevo, espero actualizarlo con frecuencia, así que cuando quieras echas un ojo! salud y bienvenido!.
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