martes, 5 de febrero de 2008

Lo Real Vs. la realidad: Persona (Bergman)


Fotograma de la película "Persona, escrita y dirigida por Ingmar Bergman.


No puedo decir que "Persona" (del cineasta Ingmar Bergman) es mi película favorita, pues sería una apreciación ligera y banal. Tengo muchas películas favoritas.

"Persona" es la película -o una de las películas- que más significación ha tenido para mi, de una manera muy íntima. Un álgido túnel blanco y negro lleno de espejos secretos. Una muerte por mil nacimientos.

Hoy, leyendo algunas cosas, supe algo que me causó mucha complicidad y agrado en estos momentos de mi vida. Bergman escribió el guión del filme mientras se encontraba en reposo por motivos de estrés, al igual que Elisabet, nombre que le dio a la protagonista de su historia, una actriz de teatro quien al estar representando el papel de Electra en las tablas, súbitamente quedó en silencio en pleno escenerio, mirando a su alrededor con sorpresa, calló por un rato y luego se atacó de risa. A partir de allí, no volvió a hablar durante 3 meses, cuando la trasladaron al hospital, aplicándosele exámenes y pruebas médicas cuyos resultados indicaron que ella estaba totalmente sana -física y psíquicamente- , además, aseguraron que no se trataba de alguna reacción histérica.

Ella simplemente no quería hablar, ni contar nada. Fue su decisión.
¿Cómo o por qué habrían de presionarla u obligarla a hacerlo?. Ella no quiere hablar. La comunicación voluntaria o forzada que pretende explicar las confidencias, no logra ser destructora total de límites indecibles, es sólo parte de la lógica teatral.

Saudade ausencia.
Que no quiere hablar.

A partir de allí conoce a Alma, una enfermera de 25 años la cual está encargada de cuidar a Elisabet durante su recuperación y quien duda de su propia experiencia y preparación para soportar tal misión. Alma sabe que si Elisabet no habla, es porque así lo ha decidido, observando en ese hecho un acto de gran fuerza mental por parte de la paciente, con la cual ella no se identifica por no sentirse a su nivel.

Así comienza la trama en una casa costera, un paseo ontológico donde la luz y la oscuridad no sólo se presentan de manera directa en el arte de la fotografía, sino de manera simbólica en el contenido; al igual que la vida y la muerte, la apariencia versus lo real.

También se perciben elementos antagónicos como unicidad-dualidad, mismidad-otredad, silencio-ruido, vagina-falo, tranquilidad-aturdimiento, niñez-adultez, miedo-fortaleza, femenino-masculino, tristeza-alegría, egoísmo-solidaridad, vanidad-humildad, en un juego de sensaciones múltiples e inconstantes.

El comienzo de ritmo frenético, contrasta con la dilación del desarrollo de la película que lejos de agotar el interés, lo sumerge en otras dimensiones del pensamiento.

La mejor película del sueco Bergman que he visto hasta ahora.
Un cuerpo y un Alma.
Alma, motor del cuerpo, hálito vital.
Una crisis de simbiosis maldita.
El Todo, la Nada.
Gris y viceversa.

Hay un monólogo en la primera parte, donde la doctora que coordina el hospital se comunica con Elisabet, con el cual -personalmente- pienso que se le otorga sentido a la película, es el diálogo esencial. Me refiero a un diálogo la segunda vez, porque aunque técnicamente fue un monólogo y la única voz enunciada fue la de la doctora, creo que Elisabet supo captar y responder de alguna forma.

Ese monólogo es puro psicoanálisis poético, o ¿poesía psicoanalítica?. Sus palabras:

"-He estado pensando, Elisabet, y no creo que debas seguir en el hospital. Creo que es perjudicial. Como no quieres volver a casa, tú y la hermana Alma pueden ir a mi casa en la costa, ¿si?.
¿Crees que no lo entiendo?
El sueño imposible de ser. No de parecer, sino de ser. Consciente en cada momento. Vigilante.
Al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres para los otros y para ti misma.
El sentimiento de vértigo y el deseo constante de al menos, estar expuesta, de ser analizada, diseccionada, quizás incluso aniquilada.
Cada palabra una mentira, cada gesto una falsedad, cada sonrisa una mueca.
¿Suicidarse? ¡Oh, no!, eso es horrible. Tú no harías eso.
Pero puedes quedarte inmóvil.. y en silencio. Por lo menos así no mientes.
Puedes encerrarte en ti misma, aislarte. Así no tendrás que desempeñar roles, ni poner caras, ni falsos gestos.
Piensas.
Pero .. ¿ves?, la realidad es atravesada. Tu escondite no es hermético. La vida se cuela por todas partes. Estás obligada a reaccionar. Nadie pregunta si es real o irreal, si tú eres verdadera o falsa. La pregunta sólo importa en el teatro. Y casi ni siquiera allí.
Te entiendo, Elisabet.
Entiendo que estés en silencio, que estés inmóvil. Que hayas situado esta falta de voluntad en un sistema fantástico. Te entiendo y te admiro.
Creo que deberías de mantener este papel hasta que se agote, hasta que te deje de ser interesante. Entonces podrás dejarlo. Igual que poco a poco fuiste dejando los demás papeles."

"Persona", guión y dirección: Ingmar Bergman
Fotografía: Sven Nykvist.
Reparto: Liv Ullmann, Bibi Andersson.
Suecia, 1966.


3 comentarios:

quetool dijo...

no vi esta película, la voy a buscar...
pero, "Una muerte por mil nacimientos" me hizo acordar
a Bataille que dijo:
"hay que apurar la muerte
para que algo pueda nacer".
supongo que la discontinuidad
esta en todos lados.
camila.

quetool dijo...

Fue asociación libre, para seguir con lo psicoanalítico
Perdón si fue cualquiera.

Pupila dijo...

Muy acertados tanto tú como Bataille.
Apurémosla siempre.
..